De vez en cuando se encuentra con algo y piensa “a él le gusta esto” o “él necesita saber de esto!” y es así que surgen lo viral en internet. Antiguamente este mismo fenómeno era llamado “de boca en boca”, pero en el mundo digital el boca a boca adquiere esa nueva nomenclatura: viral. En email marketing es una espada de doble filo: puede ser una herramienta poderosa, pero a la vez peligrosa.

Es el sueño de todo profesional del email marketing tener su pieza viralizada y difundida por todos los rincones de la red, llegando a un incontable número de personas y mayor que el inicial. Todos soñamos con ese tipo de alcance, no se puede negar. Pero debemos recordar que lo viral puede ser positivo o negativo. En este último caso, no hay forma de controlarlo y es ese su mayor peligro.

Hace algunas semanas, por ejemplo, se difundió en internet el vídeo de un exsecretario del gobierno de Brasil, quien fue buscado por la policía y se desnudó ante ellos. El caso tuvo grandes repercusiones, incluidas las legales, gracias a la liberación del video en la red. Otro ejemplo reciente fue un error de escritura en un titular de la portada de un periódico argentino, el cual tuvo muchas críticas hasta varios días después. Fracasos y vergüenzas que no hubieran tenido demasiado impacto si no hubiesen sido difundidos en internet, transformándose así en fenómenos virales.

Al ver el punto negativo de la viralidad podemos tener una idea de cómo este tipo de exposición puede afectar a una persona, marca, o producto. Por lo tanto, todo cuidado es poco en la búsqueda por transformar una pieza o un contenido en algo viral. No hay forma de controlarlo. Es precisamente esa la característica más peligrosa de hacer algo viral: su imprevisibilidad. Lo importante es, en realidad tener eso siempre en mente a la hora de planificar una pieza o campaña. Es un consejo.