Sobre privacidad, permisión e email marketing

Publicado el 31 de octubre de 2012

En medio del pánico sobre cuestiones de privacidad en las redes sociales vividas por muchos usuarios, en esta semana (para más detalles, ver el post “Buenas prácticas de email marketing: lidiando con el pánico sobre la privacidad en la red”), no cuesta nada pararse a pensar un poco sobre la idea de la privacidad en sí.  ¿Qué tiene que ver la privacidad con la práctica del email marketing? ¿Porqué es algo tan sensible para los usuarios?,  ¿Qué  tiene que ver la privacidad en la red con el permiso para el envío?


Una de las cosas más importantes para empezar esa discusión es entender que el concepto de privacidad es uno de los grandes factores que diferencian la práctica del email marketing del envío de spam. Incluida en la filosofía del email marketing está el respeto a la privacidad, el respeto de sólo realizar envíos a personas que dieron su permiso para eso, de no invadir la bandeja de entrada de ningún usuario sin permiso, de no divulgar los datos de ningún contacto para terceros sin permiso. La lista continúa, pero sólo con esos ejemplos ya da para tener una buena idea.


En el mundo “real” o material, las personas no esperan que los vendedores vayan a llamar a sus puertas  o a su local de trabajo con ofertas, propaganda o folletos.  Eso sería una invasión, algo que viola la privacidad del individuo en la propia casa o trabajo. El problema es que el mismo no siempre ocurre en el mundo virtual. La vida en el mundo virtual, es un fenómeno relativamente nuevo y consecuentemente, sujeta a algunas ansiedades.


Son mundos diferentes, el real, y el virtual, pero llenos de paralelas y contrastes. A las personas les gusta compartir su vida cotidiana, fotos y pensamientos, y comentarios sobre cosas del día a día en internet, pero esas acciones están ocurriendo en el mundo virtual, donde las reglas son un poco diferentes. En contrapartida, quieren que la convivencia de recibir información personalizada directamente en su bandeja de entrada sobre determinados asuntos de interés.


Esas contradicciones pueden ser confusas. Si, para tener la convivencia de recibir informaciones personalizadas es preciso revelar un poco de su personalidad e intereses. El email marketing entra aquí, intentando crear una experiencia personalizada de comunicación basada en sus intereses e histórico. Pero eso no quiere decir que un contacto necesite echar mano de su privacidad para tener esa convivencia, ya que todo ese proceso se hace a través de permisos. Es justamente el permiso, la diferencia, la invasión realizada por spammers del email marketing practicada de forma ética. El permiso no va en contra del concepto de privacidad y la privacidad se mantiene gracias al permiso.